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Medida Para Una Medida: Degradando El ‘Vanity Sizing’ A Través De La Materialidad.


“Cuando una medida se convierte en un objetivo, deja de ser una buena medida”

Goodhart’s Law


El ‘vanity sizing’ no puede ser forzado materialmente. Esta práctica es comúnmente percibida como la distorsión intencional, por parte del productor, de las medidas de una prenda en cuanto a las tallas comercializadas, lo cual denota a un consumidor sujeto al objetivo económico de aumentar las ventas. Como diseñadora de vestuario femenino con diez años de experiencia, deseo destacar cómo las consecuencias no intencionales de la materialidad, de la manufactura y la medida, diluyen esta supuesta fuerza. Al explorar la influencia de la falta de estandarización, sincronicidad y fijeza, esta percepción por parte de consumidor se erosiona, mientras al mismo tiempo se devela un potencial espacio para la capacidad de acción.


El ‘vanity sizing’ denota cuatro supuestos: la idea universal acerca de lo que apela a nuestra vanidad, la estandarización global de los números de las tallas, la precisión de los métodos de producción, y finalmente, la fijeza de la medida asociada al número de una talla. ¿Es acaso el número 8 considerado universalmente más atractivo que el número 14? La tienda ‘Top Shop’ del Reino Unido ha encogido sus medidas de las tallas comercializadas, para hacer que sus juveniles consumidores se sientan más adultos. Estas diversas interpretaciones de ‘vanidad’ hacen eco de la infinidad de representaciones numéricas globales existentes dentro de un mismo distrito comercial. Las marcas internacionales mantienen el uso del sistema de tallas de su país de origen, como por ejemplo ‘The Gap’, que comienza con una talla 0 en E.E.U.U, que equivaldría una talla 32 en Francia, a un 7 en Japón y que a su vez se representaría con el número 6 en el Reino Unido. Se asume que los consumidores contemporáneos se sitúan a si mismos dentro de múltiples tablas de tallas, reduciéndose a un número impuesto por la industria.

Medida Para Una Medida: Degradando El ‘Vanity Sizing’ A Través De La Materialidad.

La revolución industrial dio origen a categorías de tamaño, con una creciente demanda gubernamental por uniformes militares producidos en serie, para así poder organizarlos por tallas para las militarizadas masas de solados. El aspecto no intencional de la producción ayuda al consumidor a no ser reducido a un número, como una unidad militar contenida por categorías numéricas, pues esto es dependiente de la fijeza en la materialidad del método y la medida.


El filosofo alemán Martin Heidegger advirtió que como humanos hemos sido seducidos por nuestra confianza en la medida, adoptándola como un utensilio que no solamente mide objetos en relación a otros objetos, pero en relación a y entre nosotros mismos.


La empresas que confeccionan ropa, escogen a modelos para prueba, de carne y hueso, para representar de manera arbitraria, lo que es una talla 10 para su demográfica de consumidores. Si se multiplica el número global de productores, la pluralidad del resultado en cuanto a qué constituye una talla 10, despoja a una talla de fijeza y valor. La variabilidad está compuesta por diversos métodos para producir un patrón base, desde el cual se pueden categorizar todas la tallas requeridas para la producción. El Diseño Asistido por Computador (CAD, por sus siglas en ingles), puede asegurar la estandarización de tallas dentro de la empresa, pero algunas mantienen el uso tradicional de patrones de cartón, donde su manifestación material es vulnerable a raerse y deteriorarse, y sus medidas se alteran con el tiempo. La tiza que se usa para delinear el patrón en la tela también se desgasta, la línea se ensancha progresivamente, creando distorsión en el resultado.


La fijeza de los números en cuanto a la representatividad de las medidas y el tamaño es inestable. Los consumidores no están sujetos a un número, la flexibilidad otorga a los consumidores un grado de movilidad entre números o ‘tallas’. Si la afirmación de Karl Marx en El Capital que el poder productivo se debe a la coordinación. Los consumidores pueden jugar a categorías numéricas, ejerciendo su propio ‘poder productivo’, activamente construyendo su propio ideal. Los consumidores pueden, en cierta medida, reapropiarse de un número dentro de la organización de la tallas, extendiendo los distintos ‘ideales’ que envuelven estas categorías dentro de un marco industrial. Sin embargo una talla 10 solamente puede extenderse hasta cierto punto, por lo que nuestra talla ‘ideal’ se contiene ligeramente, los contornos que delinean las categorías de tallas se suavizan.


Medida Para Una Medida: Degradando El ‘Vanity Sizing’ A Través De La Materialidad.

La elasticidad del valor y los valores unidos a un número se por la suave naturaleza de los materiales en sí. Sus variados grados de elasticidad y la distintas caídas tendrán una respuesta individual al corte y al ensamblaje.


La creencia de la inestabilidad del material es promovida por la misma ciencia de la medida. Históricamente, la naturaleza ha sido el recurso para medir ej. el cuerpo es la Herramienta para medir una braza, la cual equivale a 12 pies de largo. Contemporáneas inconsistencias de la naturaleza, su suavidad y movilidad se ejemplifica por la reciente medición de un kilogramo estándar de masa, que debido a burbujas de aire que habían escapado del bloque de platino de un kilo y por lo tanto había perdido peso. El mundo natural no es estático, y es consistente solamente en sus inconsistencias.


La suavizada urdimbre y trama de las tablas de tallas internacionales actúa como una malla de seguridad de los números, los consumidores pueden rebotar sus ideales y valores, negando la supuesta fuerza intencional de los productores.


En vista de esta inestabilidad yo tampoco debo fijar mi punto de vista como un desarrollo actual para una ‘cinta métrica virtual’ que pueda disolver los número de las tallas, degradando el valor de este artículo a solo una ‘medida para una medida’.


Josephine Diane Gruner Sundt


Formada en diseño de vestuario femenino en Central Saint Martins (Londres, GB), sus proyectoshan explorado las nociones de movimiento, no sólo en cuanto al usuario, sino en como la materialidad fisica de las telas afecta la resolución final de la prenda. Sus colecciones han sido premiadas en distintas ocaciones, entre ellas ganó el Total Look Oreal L', al mismo tiempo que Premio Lancôme feminidad moderna.


Después de haber trabajado como diseñadora en Londres de Tristan Webber, Roland Mouret, y en París de Claude Montana, Josephine ha proseguido su trabajo a través del prisma del movimiento, la materialidad y la cultura mediante la colaboración con artistas, bailarines y coreógrafos. Actualmente, está colaborando con una patinadora artística y coreógrafa de hielo, al mismo tiempo que cursa una maestría en Cultura Visual y Material en UCL (Londres, GB).



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