A mediado de los setenta, aparece en el mundo una nueva preocupación por el entorno. Esta corriente nace como una respuesta a los hábitos de consumo asociados al libre mercado, donde no importa la durabilidad y calidad, sino sólo el sobre consumo de objetos.

Algunos años más tarde esta preocupación originada como una respuesta contra el mercado es adoptada por el mismo y comienza a aparecer una conciencia global de consumo sustentable. Con ello distintas marcas adoptan un discurso político en donde se transparenta los procesos productivos comprometiendo estos con el medio ambiente y algunos principios de justicia.

En el diseño de vestuario, varios autores adoptan esta corriente y la aplican a sus procesos productivos, replanteándose la creación a partir de un nuevo paradigma. Aparecen así distintos procedimientos, enfocados en reutilización de textiles o prendas del pasado para transformarlos, recombinarlos y reinterpretarlos. Es así como, esta cadena de acciones sustentables dan origen a piezas únicas e irrepetibles.

Desde esta lógica de la re-utilización, el sistema de transformación de una prenda puede plantearse de manera automática como una creación de la vestimenta a la topografía del cuerpo y/o su movimiento o, por el contrario, requerir la intervención del usuario para que se produzca.

Así aparecen una serie de procedimientos que responden a la necesidad de re-significar la prenda (traerla desde el pasado al presente), tales como desarticular, unir, insertar, rebatir, y ajustar. De esta manera se establece un sistema de desarticulación de la prenda que busca modificar a través de adicionar o eliminar elementos, alargar o acortar prendas, quitar o poner mangas, modificar la silueta y crear rebatimientos.

Equipo Contrahilo

Desde sus comienzos modernizan prendas que en su origen tuvieron otro contexto y uso. Las vuelven piezas únicas y artesanales trabajadas a partir de la disección de sus tipologías y logrando una nueva concepción con una nueva estética y funcionalidad para cada prenda. Puntualmente, para este proyecto ellos trabajaron con la deconstrucción de una silueta de sweater básicos y coloridos los que se transformaron en ponchos, por medio de composiciones de planos y color, reutilizando un material tan noble como la lana.

El punto de partida del fotógrafo fue capturar el trabajo colectivo de 12-na y el movimiento de las híbridas siluetas construidas en un espacio abierto y desértico. Como conviven entre ellos, como pasan de ser individuos a organizarse entre si y proyectar dentro de lo colectivo un todo en la inmensidad del paisaje, su sobrevivencia y darle sentido a una existencia.

CRÉDITOS

FotografÍa: Daniel Gil

CONTACTO

www.12-na.com.ar · info(@)12-na.com.ar · Flickr · Teléfonos: +562 2223 495 - +569 74762082

Las fotografías de Daniel Gil Rodrigo, son la búsqueda de un momento robado dentro de un escenario que se caracteriza por la simetría que se establece en relación al personaje. Es el saber de antemano dónde empieza la historia, pero no cómo termina. Seres que se mueven en la limpieza de una atmósfera que se confunde con el personaje, y que entrega pistas sobre un espacio y una voluntad. El momento expresivo del personaje es el foco de la imagen; el contrapeso ideal con las formas y temperaturas que lo enmarcan. En sus imágenes la belleza se encuentra en el contrapunto entre lo encontrado y lo dispuesto y creado de antemano, creando con ello sensaciones frente a lo que parece ya vivido.

www.danielgilrodrigo.com